Segunda Guerra Mundial: ¿Cómo los Aliados vencieron al Eje?

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La Segunda Guerra Mundial, fue un conflicto global que se caracterizó por batallas masivas, genocidios como el Holocausto, y el uso de armas nucleares.  La Guerra concluyó con la derrota del Eje, dejando un impacto profundo en la historia mundial y marcando el comienzo de la Guerra Fría. En este artículo, veremos cómo fue que los Aliados lograron vencer al Eje, a pesar de la ventaja inicial de la Alemania nazi. Para ello haremos un breve recorrido sobre los hitos que marcaron el enfrentamiento y explicaremos los principales factores que marcaron el desarrollo de los acontecimientos.

El Origen de la Segunda Guerra Mundial

El conflicto se inició debido a una serie de factores. En primer lugar, se pueden considerar las tensiones y resentimientos derivados del Tratado de Versalles de 1919, el cual impuso duras sanciones a Alemania tras su derrota en la Primera Guerra Mundial. En segundo lugar, podemos destacar la Gran Depresión de 1929, fenómeno que exacerbó las dificultades económicas y sociales en muchos países, fomentando el ascenso de regímenes totalitarios como el de Adolf Hitler en Alemania y Benito Mussolini en Italia.

Por otra parte, un factor muy relevante fue la política de apaciguamiento llevada a cabo por las potencias occidentales, la que permitió que Hitler expandiera su territorio sin oposición significativa. Por último, tenemos al armamentismo y expansionismo alemán, donde se violó abiertamente el Tratado de Versalles con la remilitarización y la anexión de diversos territorios como Austria y Checoslovaquia.

La invasión alemana de Polonia en septiembre de 1939 llevó a que Francia y el Reino Unido declararan la guerra a Alemania, marcando el inicio de la Segunda Guerra Mundial.

El objetivo y estrategia de Alemania

El objetivo de la Alemania nazi era establecer un vasto imperio dominado por la raza aria en Europa, eliminando lo que consideraban amenazas raciales y políticas, y asegurando “Lebensraum” o espacio vital para el pueblo alemán.

La estrategia para lograr esto se basó en la “Blitzkrieg” o guerra relámpago, que implicaba ataques rápidos y coordinados para desestabilizar y derrotar a los enemigos antes de que pudieran oponer resistencia. Esta táctica fue diseñada para evitar las trincheras y las largas guerras de desgaste que caracterizaron la Primera Guerra Mundial, permitiendo a Alemania conquistar rápidamente territorios y consolidar su poder en Europa.

Inicio de la Segunda Guerra Mundial y ventaja del Eje

Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, la “Blitzkrieg” o guerra relámpago permitió a las fuerzas del Eje obtener rápidos y decisivos triunfos. Después de la invasión de Polonia en 1939, Alemania y la Unión soviética se dividieron el territorio conquistado en cumplimiento del pacto Ribbentrop-Molotov firmado previamente por ambas naciones.

Posteriormente Alemania se dirigió al norte y al oeste, conquistando Dinamarca y Noruega en abril de 1940. En mayo de 1940, Alemania lanzó una ofensiva contra Francia, Bélgica, los Países Bajos y Luxemburgo. La caída de Francia en junio de 1940 dejó a Gran Bretaña sola frente a la Alemania nazi. Las Potencias del Eje parecían tener una ventaja significativa debido a su superioridad táctica y el uso efectivo de nuevas tecnologías militares.

Ejército nazi desfilando en los Campos Elíseos, Paris 1940
Ejército nazi desfilando en los Campos Elíseos, Paris 1940 (Vía Wikimedia Commons, Dominio Público)

Señales de estancamiento para el Eje

A pesar de la ventaja inicial en el frente occidental, la situación comenzó a cambiar con la Batalla de Inglaterra, donde la RAF (Royal Air Force) logró resistir y eventualmente repeler la Luftwaffe. Alemania tenía planeado realizar bombardeos a sitios estratégicos para debilitar las defensas británicas y así iniciar una invasión por tierra, sin embargo, aquello no pudo concretarse.

Más tarde, en junio de 1941, Alemania invadió la Unión Soviética con la Operación Barbarroja, violando el pacto de no agresión y abriendo el frente oriental. Alemania logró importantes triunfos iniciales al avanzar rápidamente en territorio soviético y capturar áreas como los estados bálticos, Bielorrusia y Ucrania.

A pesar de lo anterior, el escenario comenzaría a cambiar, no sólo porque la Unión Soviética sería un nuevo aliado para Francia e Inglaterra, sino que también, porque la incursión en territorio soviético se convertiría en un enfrentamiento de desgaste.

Cambio de escenario durante la Segunda Guerra Mundial

La entrada de Estados Unidos en la guerra en diciembre de 1941, tras el ataque japonés a Pearl Harbor, alteró aún más el equilibrio de poder. La capacidad industrial y los recursos humanos de Estados Unidos comenzaron a inclinar la balanza a favor de los Aliados, estableciendo las bases para una poderosa contraofensiva.

A fines de 1941ya había diversos frentes de combate además de los europeos (occidental y oriental), tales como la batalla de Atlántico, el frente de África del Norte y el denominado teatro del Pacífico. La apertura de tantos frentes de combate terminaría agotando a las fuerzas de Alemania, ya que, a pesar de contar con Italia, Japón y colaboradores de los territorios ocupados, no podrían con el poder de los aliados.

Frentes de combate de la Segunda Guerra Mundial
Frentes de combate de la Segunda Guerra Mundial (Mapa vía Wikimedia Commons, Dominio Público)

La progresiva derrota del eje en la Segunda Guerra Mundial

Frente Atlántico

La Batalla del Atlántico fue una campaña continua de guerra naval en donde la Kriegsmarine alemana intentaba cortar las rutas de suministro marítimo de los Aliados. La primera etapa de este enfrentamiento fue conocida como los “periodos felices” (1940-1941) donde los submarinos alemanes tuvieron gran éxito.

Sin embargo, los avances tecnológicos aliados en radar y sonar, y la ruptura de los códigos Enigma alemanes marcarían un cambio importante de rumbo. A partir de 1943, la introducción de portaviones de escolta y grupos de cazasubmarinos, junto con el uso de aviones de patrulla de largo alcance, permitió a los Aliados ganar este frente.

Frente de África del Norte

El Frente de África del Norte comenzó con la invasión italiana de Egipto en septiembre de 1940, seguida por la intervención de los Afrika Korps nazis en 1941. La batalla de El Alamein en octubre-noviembre de 1942, donde las fuerzas británicas infligieron una derrota a las fuerzas del Eje marcó un punto de inflexión importante.

Finalmente, La Operación Torch, una invasión aliada desde el noroeste de África, llevó a la rendición de las fuerzas del Eje en Túnez en mayo de 1943. Desde aquella locación, los Aliados ejecutaron la invasión de Sicilia y de Italia, marcando la derrota de Benito Mussolini en septiembre de 1943.

Europa Occidental

El punto de inflexión llegó con el Desembarco de Normandía el 6 de junio de 1944 (Día D), cuando las fuerzas aliadas desembarcaron en las playas del norte de Francia.

Con esta incursión inició la liberación de Europa occidental de la ocupación nazi. La posterior liberación de París en agosto de 1944 y la ofensiva en la Batalla de las Ardenas en diciembre de 1944, resultaron en una derrota decisiva para Alemania. Esta campaña culminó con la invasión aliada de Alemania, en donde llegarían hasta Berlín, la capital del Reich.

Europa Oriental

Entre los hitos que marcaron la pérdida de la ventaja del Eje se incluyen la Batalla de Moscú (1941-1942), donde la ofensiva alemana fue detenida, y la Batalla de Stalingrado (1942-1943), que resultó en una aplastante derrota para el ejército alemán. La posterior Batalla de Kursk en el verano de 1943 consolidó la ventaja soviética. y con la ofensiva del verano de 1944 gran parte del Grupo de Ejércitos Centro alemán fue diezmado.

Estos hitos marcarían la expulsión de las fuerzas alemanas del territorio soviético y la liberación de varios países del frente oriental. Más tarde, en mayo de 1945, el Ejército Rojo protagonizaría la batalla de Berlín, en donde asediarían la capital del Tercer Reich provocando el suicidio de Hitler y la rendición alemana.

Teatro del Pacífico

El Teatro del Pacífico estuvo marcado por combates entre las fuerzas aliadas, principalmente de Estados Unidos, y el Imperio de Japón. Uno de los hitos clave fue la Batalla de Midway en junio de 1942, donde los Aliados lograron destruir cuatro portaaviones japoneses marcando una importante ventaja inicial.

Las campañas en Guadalcanal (1942-1943) y la isla de Saipán (1944) también marcaron derrotas importantes para Japón. Finalmente, los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945 llevaron a la rendición incondicional de Japón el 2 de septiembre de 1945, poniendo fin a la guerra.

Alzamiento de la bandera soviética en el Reichtag alemán, Berlín 1945
Alzamiento de la bandera soviética en el Reichtag alemán, Berlín 1945 (Vía Wikimedia Commons, Dominio Público)

Factores que marcaron la derrota del Eje en la Segunda Guerra Mundial

Errores Estratégicos del Eje durante la Segunda Guerra Mundial

El Eje cometió varios errores estratégicos críticos que contribuyeron a su derrota. Uno de los mayores errores fue la invasión de la Unión Soviética por parte de Alemania en 1941 con la Operación Barbarroja. Subestimaron la capacidad de resistencia soviética y la severidad del invierno ruso, lo que resultó en enormes pérdidas.

Además, el ataque japonés a Pearl Harbor en diciembre de 1941 provocó la entrada de Estados Unidos en la guerra, lo que añadió una gran potencia industrial y militar al bando de los Aliados.

La decisión de abrir múltiples frentes de combate, especialmente el frente oriental en la Unión Soviética y el frente en África del Norte, terminó sobrecargando los recursos y las fuerzas del Eje.

Resistencia y Contraofensiva de la Unión Soviética

La Unión Soviética desempeñó un papel crucial en la derrota del Eje, especialmente en el frente oriental. La victoria soviética en la Batalla de Stalingrado en 1943 fue un punto de inflexión importante, marcando el comienzo de la retirada alemana.

La capacidad de la Unión Soviética para movilizar enormes recursos humanos y materiales, junto con el liderazgo militar eficaz, permitió no solo detener el avance alemán, sino también iniciar una serie de ofensivas que eventualmente llevaron a Berlín.

Superioridad Industrial y Económica

Los Aliados, especialmente Estados Unidos, contaban con una capacidad industrial y económica mucho mayor que la del Eje. Estados Unidos, con su vasta base industrial, pudo producir armas, vehículos y suministros en cantidades masivas.

Además, La Ley de Préstamo y Arriendo permitió a Estados Unidos suministrar equipo y materiales esenciales a Gran Bretaña, la Unión Soviética y otros aliados, fortaleciendo su capacidad de resistencia y contraataque.

Superioridad en el Desciframiento de Códigos

Los criptoanalistas aliados, especialmente en Bletchley Park, lograron descifrar los códigos de comunicación del Eje, incluyendo la máquina Enigma utilizada por Alemania.

Esto permitió a los Aliados anticipar y frustrar muchos movimientos y operaciones del Eje, proporcionando una ventaja estratégica significativa. La información obtenida a través del desciframiento de códigos fue crucial en varias victorias.

Coordinación y Cooperación Aliada

La estrecha coordinación y cooperación entre las principales potencias aliadas, incluyendo Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética, fue vital para la victoria. Las conferencias aliadas, como las de Teherán, Yalta y Potsdam, permitieron la planificación conjunta y la toma de decisiones estratégicas concertadas.

Además, la resistencia interna en los países ocupados desempeñó un papel importante en debilitar a las fuerzas del Eje y apoyar a las fuerzas aliadas.

Conclusión

Los factores anteriormente mencionados fueron fundamentales para permitir a los Aliados vencer en una guerra que al principio parecía perdida. Si bien, la Alemania nazi había comenzado con el pie derecho, cometió una serie de errores tácticos que terminarían costándoles el triunfo.

Los nazis sobreestimaron su propia capacidad militar y logística y eso los llevó, no sólo a abrir múltiples frentes, sino que también a subvalorar el poderío de sus enemigos. Finalmente, con el paso del tiempo el bando de los Aliados se fortaleció y organizó un poderoso contraataque, acabando de esa manera, con las ambiciones del Tercer Reich.

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